Que los hombres a quienes maravilla este mundo --su capacidad, su hermosura, el orden de su movimiento continuo, los dioses manifiestos o invisibles que lo recorren, los demonios, árboles y animales-- eleven el pensamiento a esa Realidad, de la que todo es la copia...
(Jorge Luis Borges)

22 de abril de 2004

Un día más

Llegué tarde al trabajo. Tardísimo. Cuando me estaba quitando las lagañas todavía, pensaba en voz alta qué decirle a la secre de pretexto. Mi "momio" me dijo "dile que dormiste en mi casa y que apenas te estás despertando". Risa. "dile que cogimos toda la noche y que estás muerta, pero que ya vas para allá". Más risa.

No entiendo porqué esos "pretextos" me sonaron inverosímiles. Habrá sido porque son ciertos (ejem, ejem).

Ayer me auto-evalué por segunda vez, ahora como empleada.

Antecedente: mi jefe me pidió que me auto-evaluara y evaluara a la secre. Así lo hice y yo me auto-evalué con una forma de "directores y gerentes" (ego profesional). Le pasé las evaluaciones y me dijo: "ahora que, sin calificarse, la secre llene la primera parte de la evaluación donde se describe en 5 rubros la responsabilidad de su trabajo". Así lo hizo (y le costó mucho trabajo, por cierto). En su escritorio quedaron la evaluación de la secre, y dos formatos en blanco: uno de empleados y uno de directores. Le aclaré que yo me evalué con la de directores. Hizo cara de sospecha y me dijo que ahora me evaluara también con el otro formato, el de empleados. (Fin de antecedentes)

Así, pues, me auto-evalué por segunda vez, ahora con la forma de empleados. Se la mandé por correo a mi jefe y le escribí:
"Jefe, aquí está mi otra evaluación. La neta me fue requetebien, si me haces llenar otra forma hasta me va a ir mejor".

Mi jefe no ha vuelto a hablar sobre las evaluaciones. No le quedará otra que el aumento.

Fulka