Ya había logrado evitar los signos de interrogación. ¿Alguien puede decirme qué diablos pasa con ellos de nuevo? ¿Por qué insisten en hacer mis textos miserables?
Fulka
sobre la miserable vida de una cándida mujer en oficina... que ahora trabaja en casa... y ahora ya no.
Que los hombres a quienes maravilla este mundo --su capacidad, su hermosura, el orden de su movimiento continuo, los dioses manifiestos o invisibles que lo recorren, los demonios, árboles y animales-- eleven el pensamiento a esa Realidad, de la que todo es la copia...
(Jorge Luis Borges)