Que los hombres a quienes maravilla este mundo --su capacidad, su hermosura, el orden de su movimiento continuo, los dioses manifiestos o invisibles que lo recorren, los demonios, árboles y animales-- eleven el pensamiento a esa Realidad, de la que todo es la copia...
(Jorge Luis Borges)

3 de marzo de 2004

Nostalgia

Estoy en espera de noticias. Mientras tanto, y como despert? con ?nimo nost?lgico, recordar? un episodio con Epigmenio.
Para empezar, he de decir que conoc? a Epi (como a casi todos) por intermediaci?n de Carlos de la Sierra. No recuerdo c?mo o d?nde, pero casi puedo asegurar que fue en una de esas noches en casa de Calcio. Creo que cuando lo conoc? no opt? por hacer el "saludo al sol" de mis clases de Yoga (cosa que s? hice frente a Jermox y Calcio en otra ocasi?n, s?lo para darme cuenta de que esos ejercicios no se llevan con el alcohol); como tampoco demostr? la incapacidad de mi h?gado, que tres gotas de alcohol le son suficientes para hacerme saludar, no al sol, si no a la diosa de porcelana, o bien crearme la ilusi?n de interrogatorio rodeada de detectives a lo "Dick Tracy".
Por lo dem?s, cabe destacar que ahora tengo m?s aguante. Mi ex dice que es porque mi h?gado ya no responde y ya empieza a confundir el alcohol con mi propia sangre. Dudo de sus aseveraciones.
Voviendo a Epi, la ocasi?n que recuerdo bien es aquella en la que entr? de lleno en el maravilloso y misterioso mundo nocturno con un tour maquiav?licamente planeado por Calcio y Oliva.
Empezamos en el Corona. Los convidados fuimos: delaSierra, Carlos Oliva, Epigmenio, Patty, creo que Kourchenko, Coco y su mujer de pelos azules a quien yo no dejaba de preguntarle si el color se lo hab?an puesto despu?s de una decoloraci?n o no hubo necesidad de la misma.
De all? nos fuimos al Nivel (tambi?n, creo, fue la primera vez que estuve all?), lugar en el cual, Epgimenio se re?a a cualquier provocaci?n, en especial por la pl?tica de Oliva. He de confesar que en un momento de la noche pens?: "qu? barbaridad, qu? amigos tengo ahora". He de aclarar que, a pesar de mi facha en los encuentros del Fonca, yo sol?a ser una "mujer de bien" (lo que era, definitivamente, aburrid?simo).
Para no hacerla m?s larga, el tour nocturno termin? en el 33. ?Qu? lugar! No hab?a mucha gente, por lo que pudimos bailar todo el tiempo. Yo insisto que en ese lugar le ponen ?ter o algo peor al aire que se respira, si no es eso, entonces no puede caber duda de que las chelas mismas son piratas.
En fin. Bailamos y bailamos. Tambi?n lleg? un artista del c?mic y me dibuj? con mayores atributos de los que tengo. Un visionario. En un momento de la noche, Calcio me confes? que odiaba a Azul (esas aseveraciones que se hacen en la borrachera, m?s cuando alguien se niega a bailar contigo), y Epigmenio, al ritmo de una tambora (creo recordar) me dijo que me amaba (otra de esas aseveraciones que, en mi inocencia, me tom? por sorpresa).
Guard? el secreto, hasta que no pude m?s y se lo solt? al Kalib?n d?as despu?s. Como si le estuviera contando algo muy serio. Kalib?n solt? una carcajada y me dijo que Epigmenio sol?a confesarle su amor a cualquier mujer siempre que estaba borracho. Mi ego rod? por los suelos, pero fue tranquilizante.
Ahora, reflexionando un poco, y estar?n de acuerdo conmigo los que bien lo conocen, Epi borracho, semiborracho o borrach?simo (yo s? que ni siquiera se discute, pero aprovechando para apuntalar su inocencia), creo que todos sabemos que lo m?s peligroso que hace es declararle su amor hasta a las escobas.
Nom?s para terminar. Insisto en que algo pasa con la bebida (o el aire) en el 33. Tuvieron que pasar dos d?as para que se me quitara el dolor de cabeza. El primer d?a, me ten?a que arrastrar por mi casa, literalmente, debido al asco y al dolor. Por supuesto, fue la primera vez que falt? a mi trabajo por culpa de la farra nocturna. ?Qu? bajeza!
Saludos,
Fulka