He tomado el último cigarro de la cajetilla y el dÃa no parece terminar pronto. Este trabajo se está convirtiendo en el lugar de encuentro con mi "yo" marginado. Eso rompe la estructura de cualquiera; uno siempre debe tener un "yo" marginado, y cuando éste aparece diariamente, la personalidad tiende a cambiar.
Temo perder la esquizofrenia que me caracteriza y arrojarme a los brazos del total escepticismo. Eso, a lo único que me llevarÃa irremediablemente es a afrontar que los malestares nocturnos no tienen que ver nada con los demonios que habitan en los tugurios que ahora suelo frecuentar, sino con los terribles efectos de un alcoholismo incipiente.
Fulka
